lunes, 27 de abril de 2009

Liberté?

LIBERTÉ?

Un día vi a un hombre libre,
o mejor dicho, un tipo algo más libre,

más libre que nosotros, pero no libre del todo,
que se hacía llamar filósofo.

Era un hombre de pelo graso,
de sucia cara y manos
y largas uñas que recordaban a un vampiro.

Era seudo libre, medio filósofo,
le di 60 céntimos y él me dio su filosofía.
Así debería de ser el mundo…

No era nada demasiado interesante,
no estaba contrastada ni era demasiado lógica,
pero su filosofía era suya
y no era algo que iba mendigando por ahí.

ÉL era libre, filósofo,
no mendigaba ideas por ahí.
¿Por qué no podemos ser así?
¿Por qué mendigamos ideas y miramos mal a los mendigos?




Riaño


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