Pero, ¿ por qué escribes entonces ?
A: No soy de los que piensan con la pluma húmeda en mano; y todavía menos de los que delante del tintero abierto se abandonan a sus pasiones, sentados en su silla y mirando fijamente al papel. Me irrito o avergüenzo de todo escribir; escribir es para mí una necesidad fisiológica, hablar de ello, aunque solo sea metafóricamente me repugna.
B: Pero, ¿ por qué escribes entonces ?
A: Mira, querido, en confianza: Hasta ahora no he encontrado otro medio para librarme de mis pensamientos.
B: Y, ¿ por qué quieres librarte de ellos ?
A: ¿ Que por qué quiero? ¿ Acaso quiero? Tengo que hacerlo.
B: ¡ Basta, basta !
B: Pero, ¿ por qué escribes entonces ?
A: Mira, querido, en confianza: Hasta ahora no he encontrado otro medio para librarme de mis pensamientos.
B: Y, ¿ por qué quieres librarte de ellos ?
A: ¿ Que por qué quiero? ¿ Acaso quiero? Tengo que hacerlo.
B: ¡ Basta, basta !
La gaya ciencia
Friedrich Nietzsche
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